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| Imagen tomada de Google. |
A propósito del Mundial de fútbol Rusia 2018, muchos fanáticos han conseguido sus entradas a los estadios para ver jugar a sus equipos preferidos. 32 países clasificaron y, en todo el mes de julio, los enfrentamientos "futboleros" han sido divertidos llenos de adrenalina, cada una de las selecciones jugaron con pasión hasta el último minuto. Sin embargo, perder no era una opción, por lo que, poco a poco se han ido eliminando países hasta llegar a hoy y, conocer que Bélgica es el tercer mejor equipo del mundo. Mañana, domingo 15 de junio, se definirá el primer puesto entre Francia y Croacia, los jugadores se están preparando con tiempo y darán una gran sorpresa.
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Pero dejando de lado el tema central del mundial, lastimosamente se presenta la otra cara de la moneda, la violencia nunca está de lado, existen hinchas pacíficos que saben que el fútbol es un deporte de competición positiva, pero al mismo tiempo, existen hinchas cuyos sentimientos ya no son sanos, el fanatismo conlleva a la violencia, acostumbrados a insultar, burlarse y hasta a agredir físicamente, peor si es que se inicia una discusión con varias discrepancias.
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¿Cómo es posible que suceda esto?
El fútbol reúne a la familia, reúne a los amigos, reúne a un país, sobre todo si es un país que clasifica después de tantos años; el fútbol es ilusión, es deporte, es esfuerzo y lleno de estrategias. Pero no de peleas entre sus mismos hermanos.
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